Silvicultura inteligente para un futuro más caluroso: planes de plantación para recuperar los bosques quemados

El calor extremo y la sequía crearon las condiciones ideales para que grandes incendios forestales se propagaran rápidamente por amplias zonas de la Península Ibérica y el sur de Francia. Las imágenes por satélite captaron velos de humo que se extendían por España y Portugal, y el peligro de incendio alcanzó su punto álgido en torno al 15 de agosto. España ha sufrido su peor temporada de incendios en décadas, con estimaciones cercanas o superiores a las 350.000-400.000 ha quemadas hasta el 21 de agosto. Francia sufrió el mayor incendio forestal desde 1949, un fuego de 16.000 hectáreas en Aude contenido el 7 de agosto. No se trata de incidentes aislados, sino de síntomas de veranos más calurosos y secos y temporadas de incendios más largas en toda la cuenca mediterránea.

Los grandes incendios no solo cambian el paisaje. Reajustan los combustibles, simplifican los ecosistemas y pueden hacer que algunos rodales sobrepasen los umbrales naturales de recuperación, sobre todo después de incendios repetidos. La buena noticia: con una combinación de plantación correcta y un plan de plantación específico para cada lugar, podemos reconstruir bosques más resistentes a los incendios, con mayor biodiversidad y más respetuosos con el agua que los que se quemaron.


1) Empezar por el sitio: triaje antes de plantar

No todas las hectáreas necesitan la misma intervención.

  • Déjese guiar por la regeneración natural cuando sobrevivan árboles semilleros o especies de monte bajo.
  • Restauración activa en parches de alta severidad que carecen de fuentes de semillas, en laderas empinadas o donde las quemas repetidas bloquearon los paisajes en matorrales.
  • Proteja primero los suelos mediante medidas de control de la erosión, troncos, zarzas y una rápida cobertura del suelo.

2) Elegir mezclas de especies adaptadas al clima y aptas para el fuego

Diseño para diversidad, menor inflamabilidad y futura adaptación climática.

  • Tierras bajas mediterráneas: encina (Quercus ilex), alcornoque (Quercus suber), pino piñonero (Pinus pinea), mezclados con madroño (Arbutus unedo), lentisco (Pistacia lentiscus) y Phillyrea.
  • Sitios atlánticos/de montaña: roble común (Quercus robur), haya (Fagus sylvatica),castaño (Castanea sativa), con abedules y álamos.
  • Corredores ribereños: álamo negro (Populus nigra), sauce (Salix), aliso (Alnus glutinosa), barreras naturales cortafuegos.

El origen de las semillas es crucial: combine semillas de origen local con las de lugares que tengan un clima similar al que se espera para 2050.


3) Estructurar el bosque para resistir el fuego

  • Plante en grupos, no en cuadrículas, para imitar los mosaicos naturales.
  • Gestione la densidad con el tiempo para reducir los combustibles de escalera.
  • Cortafuegos verdes con especies de hoja ancha a lo largo de crestas y caminos, mantenidos como infraestructuras vivas.

4) Herramientas digitales para planificar la recuperación

Bosque modelado con RhinoLands, utilizando datos reales de elevación. El software indica las distancias de plantación y las combinaciones y cantidades de especies, directamente dentro del programa.

Aquí es donde la tecnología amplifica los conocimientos forestales. RhinoLands, con su amplia base de datos de plantas y su potente modelado del terreno en 3D, puede utilizarse para simular y visualizar el plan de recuperación. Mediante la integración de mapas de gravedad de los incendios, análisis de pendientes y paletas de especies, los silvicultores y arquitectos paisajistas pueden:

  • Modelar el terreno en 3D para comprobar dónde son mayores los riesgos de erosión.
  • Experimentar con combinaciones de plantación a partir de una amplia base de datos de especies adaptadas a bioclimas mediterráneos y atlánticos.
  • Visualizar escenarios de sucesión: cómo será y funcionará un rodal mixto de roble y pino dentro de 20, 50 ó 100 años.
  • Comunicar los planes con claridad a las partes interesadas y a las comunidades locales, mostrando no solo mapas, sino modelos vivos de bosques restaurados.

Esta integración de los conocimientos ecológicos con el diseño digital garantiza que la recuperación no consista únicamente en plantar árboles, sino en reconstruir paisajes resilientes.

Consulte cómo se modela un bosque con RhinoLands en este post.


Reflexiones finales

Los incendios de 2025 nos recuerdan que las fronteras forestales mediterránea y atlántica de España y Francia están sometidas a una presión sin precedentes. Pero con un cuidadoso triaje, las mezclas de plantas adecuadas, estructuras de rodales adaptables y herramientas digitales como RhinoLands, podemos guiar la recuperación de forma que estos bosques sean más fuertes, más diversos y más resistentes a las décadas más calurosas que se avecinan.